Gonzalo y su PBO

Me llamo Gonzalo y esta es mi historia, que la titularemos Gonzalo y su PBO. No preguntéis porqué, simplemente me molaba el título.

El embarazo de mamá

Durante el embarazo de mi mamá, yo era un bebé completamente sano. No podíamos quejarnos ninguno de los dos porque todo iba de maravilla, mi mamá estaba teniendo un embarazo bueno y sin complicaciones; y yo estaba muy a gusto en la barriguita, aunque obviamente todos esperaban con ansias mi llegada.

Un parto con PBO

Pero todo tiene su final y en la semana 40, unos días antes de la fecha prevista de parto rompí la bolsa de mamá, porque estaba muy bien dentro, pero la verdad es que tenía muchas ganas de ver la cara que se les quedaba a papá y mamá cuando me vieran por primera vez.

Mis papás fueron corriendo al hospital y porque llegaba el momento de mi nacimiento. Estaban muy nerviosos, yo podía sentirlo. Yo tenía ganas de conocerlos, pero ellos también estaban deseando ver mi carita y tenerme en brazos. Ains…brazos. Esta historia va de brazos, sí. Os sigo contando.

Después de unas horas de espera, parecía que el parto no terminaba de animarse, así que los médicos le pusieron en el gotero un poquito de oxitocina. Y ahí sí; empezó la fiesta.

No es que yo no quisiera, pero no podía colocarme bien para salir y a pesar de poner todas mis ganas en bajar por el canal de parto, era misión imposible. Aun así, los médicos llevaron a mamá al paritorio, porque por lo visto yo tenía que salir ya…

Aquí es donde la cosa se complica. Los ginecólogos, que nos asistían a mamá y a mi, no se habían dado cuenta de que era un bebé grandote, por eso mis esfuerzos eran en vano. Casi no tenía espacio, pero aun así decidieron que tenía que salir si o si vía vaginal. Y yo desde dentro, que veía la luz al final del túnel (debía ser la del quirófano, porque el ginecólogo muchas luces no tenía), sabía que por ahí no cabía. Pero aún así no deje de intentarlo y mamá tampoco. MAM´Á, ABRE LAS PIERNAS QUE VOY!

Al final, me quedé enganchado en un hueso de mamá. Dicen que se llama distocia de hombro y debido a lo que tiraron de mi para sacarme, me provocaron una Parálisis Braquial Obstétrica.

Gonzalo y su PBO

Me entregan a mi madre con mi bracito de Trapo, un bracito colgando sin fuerzas ninguna. Y los médicos queriendo «tranquilizar » a mis papis, les dijeron que solo tenía una inflamación,  pero TRANQUILOS…. que en 15 días empezaré a mover mi bracito.

Nos vamos a casa sin tener ni idea de lo que significaría una PBO, pero mis padres fruncían mucho el ceño, por eso sé que estaban preocupados. Aunque yo no sabía porqué si los médicos habían dicho que en 15 días estaba curado. Menos mal que mami es muy intuitiva y sabía que algo no iba bien del todo y por eso, empezaron a mover cielo y tierra, hasta que finalmente, nos dicen lo que verdaderamente me han provocado.

A los 15 días empezamos a trabajar duro, sin perder la fe y con fuerzas para alcanzar los 5 meses que me quedan para intentar librarme de una operación…. y lo conseguí!!

Mi primer año con PBO

Ahora acabo de cumplir mi primer añito, un añito de mucho trabajo, mucho sacrificio,  en el que no he podido descansar como cualquier bebé haría, un año de miles de km a mis espaldas, de 12 horas semanales de fisioterapia, un año duro, con muchos altibajos en el que hemos visto evolución por lo que están súper orgullosos de mí.

Nos quedan muchos años de incertidumbre, sin saber como voy a llevar mi vida, como de funcional va a ser mi bracito, muchos años de trabajo por delante pero seguiré luchando y demostrando que puedo con todo esto y que voy a llegar donde me proponga.

Voy a seguir trabajando duro que tengo por delante otro añito para conseguir mi rotación externa!!

TESTIMONIO DE GONZALO (BEBÉ DE ESTEFANÍA)

Deja un comentario

search previous next tag category expand menu location phone mail time cart zoom edit close