Mi bebe tiene PBO
Soy el papa de un niño con PBO y quiero contaros cómo he vivido el proceso desde que nació mi bebe. Sí, mi bebe. Mi bebe con PBO. Porque también es mi bebe, aunque a veces a la sociedad se le olvide.
Nosotros no parimos, es cierto, pero sufrimos cada momento. Intentamos empatizar con mamá, comprender lo que está sintiendo, y a veces incluso somos capaces de sentir el dolor de cada contracción; aunque sabemos que no se aproxima a lo que realmente duele. Pero lo intentamos. Cada segundo.
Cuando me enteré de que mi esposa estaba embarazada, se me puso un nudo en el estómago. Era una mezcla de nervios y alegría que no se describir. Y en un momento, se pasaron por mi mente un montón de flashes en los que imaginaba como iba a ser mi bebe; pero en ninguno de ellos, me imagine que mi hijo tuviese PBO.
Un parto con PBO
Todos los estudios médicos que le habían hecho a mi mujer estaban correctos. Ella no tenía diabetes gestacional, ni preclamsia, el pequeño estaba sano y todas las ecografías mostraban un tamaño normal.
Pero a pesar de todo, en el momento del parto todo cambio. El bebe no descendía correctamente y mi esposa, ya casi mamá, fue trasladada al quirófano después de muchas horas de dilatación. Allí no pude acompañarla. ¿y porque no, si yo era el papá de la criatura?
Me quede fuera, nervioso, expectante, y deseando conocer a mi bebe. Pero no tenía ni idea de que mi pequeño estaba sufriendo. No me dejaron estar allí, verle la cara por primera vez y ayudar a la recién estrenada mamá; mi esposa.
Bienvenido a la paternidad: Soy papá de un niño con PBO
Casi al salir del hospital fue cuando nos informaron de que mi hijo tenía PBO. Y fue entonces cuando fui consciente de que todas las ideas preconcebidas de tener un bebe que rondaban mi cabeza se iban al garete.
Mi bebe iba a necesitar fisioterapia, tratamientos, ejercicios pasivos, y un millón de cosas más. Yo que no había cambiado un pañal hasta el momento, tenía que acordarme de vestirlo empezando por el brazo afectado, tenía que acordarme de cargarlo sin dejar el brazo atrás, tenía que recordar ofrecerle los juguetes por el lado lesionado. Acordarme, acordarme, acordarme.
Fueron días complicados. Si un bebe ya es una gran responsabilidad, un bebe con PBO conlleva muchas más cosas que no te explican y que tienes que ir aprendiendo a medida que pasan los días, las semanas y los años. Una lesión para toda la vida que tienes que ir adaptando. O quizá es la vida la que adaptas a la PBO.
Sea como fuere, al igual que mamá, me he convertido en fisio, en terapeuta ocupacional, en médico traumatólogo experto en PBO, en enfermero especializado en cicatrices y además de todo esto soy PAPÁ.
Creciendo con un niño con PBO
Mi peque ha dejado de ser un bebé y seguimos creciendo juntos. Es verdad que las expectativas eran otras y que un niño con discapacidad cambia un poco la percepción de las cosas. Me duele especialmente cuando me dice que de mayor quiere ser policía y me pienso que es probable que no pueda serlo.
Pero también es cierto que nos hemos adaptado, hemos aprendido y hemos disfrutado el camino. Porque una lesión de plexo braquial no impide que la familia sea feliz, pero esto también hay que aprenderlo.
TESTIMONIO DE UN PAPÁ ANÓNIMO