Me llamo Vanessa tengo 39 años y soy de Chiclana un pueblo de Cádiz y mi hija tiene PBO. Como todas cuando nos enteramos de la noticia de un embarazo, estaba feliz del garbancito que llevaba dentro de mi ser, lo que no esperaba es que mi historia no fuese como había soñado tantas veces.
Mi embarazo fue normal, siempre tienes miedos e inquietudes, pero me cuidaba mucho, así que todo fue con bastante normalidad.
El infierno empezó cuando rompí aguas estando de 40 semanas y un día. Me dirigí al Hospital Universitario de Puerto Real en el que había llevado los controles del embarazo y en el que confiaba plenamente, pero resultó sin duda, no ser como esperaba.
¿Cómo se produce una PBO?
Para conseguir una dilatación completa, mi parto se extendió durante 19 horas, me dejaron en la sala de dilatación durante un largo rato pero luego…
Luego todo fueron prisas.
Me trataron con desprecio, me sentí humillada y sin fuerzas para llevarle la contraria a nadie, pero sigues confiando, porque al fin y al cabo, ellos son los profesionales.
En ese momento, me indicaron que sería necesaria la realización de un parto instrumental y para ello, la utilización de la ventosa. Yo había leído cosas, pero no es bueno fiarse de internet pensaba en esos momentos, es mejor fiarse de los profesionales que te asisten en el parto…

Todo se tornó oscuro, sentía la presión de la ventosa, los nervios de los médicos, los cortes de la episiotomía, la presión de la maniobra de Kristeller y también la de McRoberts, pero parecía que nada iba a funcionar. Hasta que todo terminó.
Mi hija nació sin vida.
Fueron los dos minutos más largos de mi vida, mientras reanimaban su pequeño corazón, mientras el mío permanecía parado, expectante.
A consecuencia de esta masacre, mi pequeña sufrió una parálisis braquial obstétrica completa en su brazo izquierdo, un agujero en el corazón del esfuerzo por nacer y el síndrome de Horner.
¿Qué esperar después de una PBO?
Lo primero que sientes es un gran tortazo. Tú bebe que venía completamente sano, tiene la vida truncada, porque no mueve su brazo. Mi hija tiene PBO. Cuando llegas a este nuevo mundo provocado por un sinfín de reveses, simplemente no estás preparado. Pero, para tu tranquilidad, te diré que todo se aprende, y una, como madre, espabila.
El rehabilitador nos derivó tarde al especialista de PBO, por lo tanto, mi pequeña se operó con 7 meses y medio en el Hospital Virgen del Rocío en Sevilla, con el Dr. Álvarez Gil.
Gracias a los especialistas de rehabilitación y a muchas sesiones de fisioterapia en el hospital y un duro trabajo diario en casa, hemos ido consiguiendo lo que al principio parecía imposible.

Poco a poco, mi hija fue capaz de conseguir:
- Flexión de codo y bíceps
- Movimiento desde el hombro al codo
- Sujetar objetos de poco peso
Pero todavía queda mucho por luchar. La mano sigue sin tener movimiento y estamos a la espera de nuevas intervenciones quirúrgicas en la Clínica Solidaria con el Dr Soldado, que a día de hoy se ha convertido en nuestro mejor aliado.
En la actualidad, mi hija tiene PBO, un 48% de minusvalía y un grado de dependencia 2. El agujero del corazón se cerró solo y el síndrome de Horner se le ha corregido bastante.
Secuelas después de violencia obstétrica
Sin duda, todos los partos son duros, unos más y otros menos. Todos dejan secuelas en mayor o menor medida. Pero os contaré las mías…
A día de hoy, cuando mi pequeña ya ha cumplido los 3 años, sigo teniendo graves problemas para ir al baño, además de fuertes dolores en las caderas y en la espalda. En ocasiones, llego a sufrir una pequeña cojera. Pero lo más duro, es sin ningún titubeo, la depresión y sentimiento de culpa. Dicen que el tiempo lo cura todo, pero superar esto es complicado. Es un camino difícil y es mejor caminarlo acompañado.
TESTIMONIO DE VANESA