Asociación Infantil Brazos de Trapo

Los abuelos y el tratamiento para PBO

Los abuelos también ayudan en la crianza de los niños y su papel es importante en el tratamiento para PBO. Sin duda, pueden colaborar mucho en la terapia en casa, pero especialmente en el apoyo moral que se necesita durante el largo camino que enfrentamos.

¿Por qué se produce la PBO?

30 horas de parto. Ese es el tiempo que estuvo mi hija para que naciese Hugo, porque los médicos no quisieron hacerle una cesárea a pesar de que mi hija había dejado por escrito sus preferencias en un plan de parto.

Tras muchas horas de espera para la dilatación y un expulsivo complicado, nació Hugo. Le habían provocado una lesión en su brazo derecho y no tenía movilidad.

Hugo tenía PBO (parálisis braquial obstétrica), una lesión provocada durante el parto que afecta a los nervios que unen la médula con sus brazos y que provoca falta de movilidad y de sensibilidad. La verdad, hasta ese momento, jamás había escuchado hablar de este tipo de lesiones, aunque a día de hoy me he dado cuenta de que existen muchos niños afectados, puesto que ya conozco varios casos.

A pesar de todo, nuestro pequeño era un niño feliz. Dormía bien y comía aún mejor. Pero lo que siempre recuerdo con cariño es que cualquier cosa que le dijeses, él sonreía.

Tratamiento quirúrgico para PBO

En nuestra ciudad no hay especialistas en PBO, así que los primeros meses fueron complicados para la familia, que intentábamos poner solución a la situación lo antes posible, pero siempre topábamos con médicos que apenas conocían la lesión y que no sabían cómo tratarla. Hasta que por fin, conocimos al Dr. Soldado, un gran cirujano y una gran persona.

Él confirmó las sospechas de mi hija. La lesión de mi nieto no tenía cura por si sola y necesitaba una operación urgente, que se llevó a cabo cuando tan solo tenía 4 meses de vida. Hugo seguía teniendo un brazo de trapo y el Dr. Soldado iba a solucionarlo.

Así que nos desplazamos hasta Barcelona. Acompañe a mi hija en el tren, que a pesar de sentir una rabia, unos nervios y una tristeza enorme, jamás lo manifestó. Ella era capaz de tratar a Hugo como si no pasase nada, como si todo aquello fuera normal, siempre con una sonrisa en los labios que mi pequeño nieto siempre devolvía. Eso ayudaba a todos a seguir adelante y a no decaer.

En Barcelona nos esperaba una amiga, que nos acompañó y nos apoyó durante todo el proceso. Al llegar, al hospital de Barcelona le hicieron algunas pruebas del preoperatorio. Después, pudimos comer, pasear y descansar un poco antes del gran día.

Esa noche, antes de la operación, llegó el papá del niño, el marido de mi hija. Él también mostró una enorme fortaleza.

Tipos de inmovilización para PBO

El día se hizo largo, la operación eterna, a pesar de no ser muy larga realmente. Cuando mi nieto salió del quirófano, me quede impactada y no pude evitar derramar algunas lágrimas, de nervios, de alegría porque todo hubiese salido bien, de impotencia, y de muchos más sentimientos encontrados. Como yo cuidaba a Hugo mientras sus padres trabajaban, no dejaba de pensar si estaría capacitada para seguir haciéndolo. Me daba miedo hacerle daño.

Hugo estaba completamente escayolado. Tenía un vendaje que le cubría desde el cuello a la cintura, dejando su bracito PBO dentro del vendaje. Además tenía ambas piernas cubiertas también. Mi hija se mantuvo fuerte. Se había preparado para el momento, incluso había visto millones de fotografías de otros niños con el mismo vendaje para acostumbrarse. Pero esta visión es algo que no se asimila fácilmente.

Terapia y tratamiento para PBO

Pero a pesar de lo que al principio parecía, Hugo se despertó sonriendo y pidiendo su biberón. Nunca se quejó de dolor, ni siquiera de malestar por la inmovilización y siguió comiendo y durmiendo como un auténtico campeón. Así pasaron tres semanas y por fin, llegó el momento de quitarle su escayola. Tocaba luchar para recuperarse, hacer mucha terapia y realizar el tratamiento para PBO (fisios, piscina, atención temprana, terapia ocupacional, etc.)

A día de hoy, Hugo tiene 2 años y medio y es un niño muy feliz. Como a cualquier otro, le encantan los cuentos, los puzles, las motos, el patinete y especialmente, bailar y cantar.

He cuidado al pequeño desde que nació y he visto una evolución increíble. Su bracito ha mejorado tanto que apenas se le nota (aunque por supuesto, el sigue su tratamiento para PBO), aunque él sigue prefiriendo utilizar su brazo izquierdo, cuando utiliza el derecho le aplaudimos  para celebrarlo y eso, le hace sentir alegre y admirado.

Sin duda es la alegría de toda la familia. 

Testimonio de la yaya T.

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